Cortijo Siete Calas: diseño que respira Mediterráneo

En L’ATELIER  creemos en el poder transformador de los espacios. Y cuando un lugar tiene la capacidad de conectar con nuestras emociones desde la arquitectura, el silencio y la luz, sentimos que merece ser contado.

Así es Cortijo Siete Calas, un refugio situado en el corazón de Almería, donde la naturaleza se funde con el diseño en un ejercicio de armonía serena, y que hemos tenido la suerte de visitar este verano. Desde la primera mirada, este enclave te susurra calma, autenticidad y belleza sin estridencias.

Luz, materia y silencio

Nada más entrar, nos envuelve una atmósfera cálida, casi táctil. Las paredes encaladas, los techos con vigas vistas, la piedra natural bajo los pies y una paleta neutra que amplifica la luz natural, crean un espacio que no solo se ve: se siente.

Los baños, de líneas puras y materiales nobles, son pequeños santuarios de bienestar. El uso del tadelakt, los nichos retroiluminados, las texturas cerámicas en espiga y los grifos dorados mate son detalles que elevan la experiencia cotidiana. Diseño sensorial que transforma lo funcional en contemplativo.

Diseño que no interrumpe, acompaña

La arquitectura interior del cortijo respeta su herencia rural al tiempo que introduce elementos contemporáneos con naturalidad. Nos inspira especialmente su capacidad de integrar lo nuevo sin traicionar lo esencial: el uso de arcos, la proporción de los volúmenes, la madera de puertas y carpinterías… Todo tiene una razón, todo tiene alma.

El dormitorio, enmarcado por un arco de medio punto, nos recuerda que el diseño puede ser abrazo. La cama se convierte en el centro emocional de la estancia, envuelta por texturas suaves y luz tenue. Un espacio pensado para el descanso verdadero.

Exterior que también habla

Y cuando cruzamos al exterior, seguimos escuchando. Las fachadas blancas, el juego de patios, la vegetación mediterránea (pitas, palmitos, lavandas), y esa piscina de piedra que parece brotar de la tierra misma… Todo habla de una forma de habitar que es profundamente respetuosa con el entorno.

Un lugar que deja huella

Cortijo Siete Calas no solo nos inspira. Nos recuerda por qué en L’ATELIER diseñamos como lo hacemos: para emocionar, para contar historias, para crear refugios que escuchen.

Porque al final, los espacios también pueden ser una forma de amar el paisaje.

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