El proyecto consistió en la renovación integral de un antiguo hotel de 97 habitaciones, con un diseño que equilibra confort, funcionalidad y estética. Se utilizó una paleta de tonos verdes y arena, inspirada en la serenidad del entorno costero.
Optamos por materiales naturales como maderas claras, piedras y textiles orgánicos que aportan calidez, combinados con mobiliario contemporáneo de líneas limpias en tonos neutros. Los accesorios y cojines en distintas tonalidades de verde añadieron un toque fresco.
La iluminación fue clave para crear ambientes acogedores, aprovechando la luz natural y añadiendo lámparas de diseño en zonas clave. El resultado es un espacio ideal tanto para viajeros de negocios como para quienes buscan relajación sin sacrificar el estilo.